Por Carlos Sánchez Berzaín
El intento de asesinato contra el precandidato presidencial Miguel Uribe en Colombia es solo el más reciente de los crímenes contra líderes democráticos de las Américas en el marco de los ataques de las dictaduras del socialismo del siglo XXI contra la democracia. Para saber quién ordena el asesinato de un defensor de la democracia o de un candidato, basta con ver quién se siente más amenazado con el ascenso de las víctimas al poder. Cuando todo apunta a los autores intelectuales de estos crímenes, pero las investigaciones concluyen abruptamente con los sicarios o los autores materiales, estos intentos continuarán mientras existan dictaduras del crimen organizado transnacional en la región.
En la democracia existe competencia por ascender al poder, lo cual implica recibir un mandato del pueblo en quien reside la soberanía, para gobernar sujeto al Estado de derecho durante un período determinado y con la responsabilidad de rendir cuentas. Cuando la democracia es suplantada por la dictadura, se usurpa la soberanía del pueblo para concentrar todo el poder en el régimen, el Estado de derecho es reemplazado por un estado de indefensión, el poder se ejerce indefinidamente y el terrorismo de Estado se utiliza para infundir miedo en la población, someterla y garantizar la impunidad por los crímenes cometidos a diario.
En este siglo, las Américas sufren ataques contra la democracia por parte de las dictaduras del socialismo del siglo XXI. En los primeros 25 años de este siglo, que deberían haber sido de amplia democracia en las Américas, se han convertido en un espacio para la expansión de la dictadura de Cuba, que era la única dictadura en la región cuando, tras el ascenso de Hugo Chávez al poder en Venezuela, fue rescatada de su período especial y recibió financiación para la exportación de su capacidad criminal.
Con el petróleo de Venezuela, junto con Chávez y Maduro, con la capacidad de financiación y la riqueza de Brasil bajo Lula y su estructura, con el control de Nicaragua, Bolivia y Ecuador bajo Correa como dictaduras, con el control del Caribe gracias a los sobornos de Petrocaribe, el Socialismo del Siglo XXI controló la Organización de Estados Americanos (OEA) con Insulza y se expandió hasta el punto de consagrar a Castro como líder latinoamericano en la cumbre de la OEA en Panamá, que fue el preámbulo del restablecimiento de las relaciones de Cuba con Estados Unidos.
El Socialismo del Siglo XXI es el disfraz político de un grupo del crimen organizado transnacional liderado por la dictadura cubana, también conocido como «castrochavismo», un neologismo para Castro y Chávez. Esta organización interviene en todo el continente americano con operaciones de "guerra híbrida", participa en la manipulación electoral mediante la falsificación de resultados en sus "dictaduras electoralistas", promueve y financia candidatos que, al llegar al poder, se convierten en "gobiernos paradictatoriales" al servicio de dictaduras como las de México con López Obrador/Sheinbaum, Brasil con Lula, Colombia con Petro y Honduras con Xiomara Castro.
En este contexto, este siglo está marcado por los actos de violencia que han alterado la vida en el continente americano para favorecer la insurgencia, el establecimiento y mantenimiento de dictaduras propias del socialismo del siglo XXI y el debilitamiento de la democracia. Violencia callejera, migraciones forzadas, narcotráfico, terrorismo, golpes de estado, derrocamiento de gobiernos, uso del crimen organizado contra la estabilidad democrática, atentados contra la reputación y la destrucción de valores nacionales, atentados, asesinatos, etc. El intento de asesinato de Miguel Uribe está precedido por intentos similares de asesinato y derrocamiento contra el presidente de Ecuador, Jamil Mahuad, en 2000; el intento de asesinato contra el presidente de Bolivia, Gonzalo Sánchez de Lozada, en febrero de 2003, que fue investigado y avalado por la Organización de los Estados Americanos (OEA), el derrocamiento del presidente Sánchez de Lozada en octubre de 2003; el atentado contra el candidato Jair Bolsonaro en Brasil el 6 de septiembre de 2018 con secuelas que siguen afectando la salud del hoy expresidente de Brasil; el intento de asesinato con el incendio de La Balbina y el fallido golpe de Estado contra el presidente de Ecuador, Lenín Moreno, en octubre de 2019; el asesinato el 7 de julio de 2021 de Jovenel Moise, presidente de Haití; El asesinato de Fernando Villavicencio, candidato presidencial favorito de Ecuador, el 9 de agosto de 2023; el intento de asesinato contra el candidato y actual presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el 13 de junio de 2024…
Debo reiterar que «el socialismo del siglo XXI mata». No puede ser de otra manera, ya que se trata únicamente de la expansión de la dictadura cubana, que la dirige cometiendo los crímenes más horrendos y atroces de los últimos 66 años. Su compendio criminal incluye: ejecuciones por fusilamiento, presos políticos, exilio, tortura, narcotráfico, migraciones forzadas, establecimiento de guerrillas y la práctica del terrorismo internacional y de Estado.
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