Votar en Venezuela en condiciones de terrorismo de Estado, con una oposición funcional y más delincuencia - Germán Carías Al Día

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miércoles, 4 de junio de 2025

Votar en Venezuela en condiciones de terrorismo de Estado, con una oposición funcional y más delincuencia

 




Por Carlos Sánchez Berzaín


El socialismo del siglo XXI, o castrochavismo, que actualmente ocupa Venezuela como parte de un grupo de crimen organizado transnacional y utiliza el terrorismo de Estado, ahora comete más delitos con lo que denomina "elecciones legislativas y regionales". No son más que "dictaduras electoralistas aplicadas en Cuba, Venezuela, Nicaragua y Bolivia, donde la gente vota pero no elige", porque la alianza criminal entre los regímenes y las oposiciones "funcionales" suplanta la soberanía popular con crímenes dirigidos contra la voluntad soberana de los pueblos.


Para que haya elecciones, tiene que haber democracia, porque elegir es "elegir o preferir a alguien". Es optar por, disfrutando de la libertad como componente esencial del poder soberano de cada individuo, delegar periódicamente mediante un mandato a los elegidos, con sujeción al Estado de derecho, la temporalidad del cargo y la rendición de cuentas por sus actos, como mínimo.


Por eso, todos los componentes esenciales de la democracia, obligatorios en las Américas, son: El respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales; el acceso al poder y su ejercicio con sujeción al Estado de derecho; la celebración de elecciones periódicas, libres y justas basadas en el sufragio universal y el secreto como expresión de la soberanía popular; el régimen plural de partidos y organizaciones políticas, y la separación e independencia de todos los poderes del Estado.


Venezuela es un país ocupado desde el 10 de enero de 2025, fecha en la que Nicolás Maduro y la organización criminal transnacional que opera bajo la bandera del Socialismo del Siglo XXI no abandonaron el gobierno ni lo entregaron al presidente electo de Venezuela, Edmundo Gonzales Urrutia, ni a la vicepresidenta designada, María Corina Machado.


Las elecciones del 28 de julio de 2024 resultaron en una contundente victoria para el pueblo venezolano, para la libertad y para la recuperación de la democracia. Sin embargo, como se preveía, la respuesta del dictador derrotado Maduro y la organización criminal transnacional a la que responde fue aplicar el terrorismo de Estado: asesinar, falsificar, perseguir, encarcelar, torturar y repetir el uso de todo el espectro de instrumentos criminales con los que la dictadura cubana somete a su pueblo desde hace más de 65 años, y que se han expandido en este siglo XXI a Venezuela, Nicaragua y Bolivia.


Nicolás Maduro, Diosdado Cabello, Vladimir Padrino López y los demás miembros del Cártel de Los Soles, así como otras diversas actividades del crimen organizado transnacional que ostentan el poder en Venezuela, solo están cometiendo más delitos. Venezuela tiene un presidente electo que, hasta ahora, ha decidido esperar el colapso del grupo criminal antes de juramentar, pero eso no otorga a los usurpadores ninguna legalidad ni legitimidad. Con cada acción, incluidas sus supuestas elecciones legislativas y regionales, cometen más delitos.


Con la aplicación reiterada de su metodología de "captación de votos", este 25 de mayo, el Socialismo del Siglo XXI pretende legitimar su dictadura satélite de Venezuela para seguir utilizándola como narcoestado, plataforma de lanzamiento de conspiraciones y como una amenaza a la seguridad hemisférica y mundial. El régimen pretende seguir robando su petróleo y riqueza, y seguir utilizándola como base de operaciones para dictaduras extracontinentales y otras. Sin embargo, el verdadero efecto de la repetición de crímenes de lesa humanidad es que sus crímenes solo aceleran el inevitable colapso de esta infamia.


En esta situación de: La ocupación, usurpación y sometimiento que sufre el pueblo venezolano. Los 24 gobernadores, 285 diputados a la Asamblea Nacional y 520 legisladores regionales que podrían ser elegidos, así como todos los que se presentan como candidatos, también son autores del delito de atribuirse los derechos de los pueblos, utilizando falsedad material e ideológica, utilizando instrumentos falsificados, suplantación de autoridad, alta traición a la patria, sometimiento a una potencia extranjera, entre otros.


Los candidatos, los elegidos, los promotores y todos los miembros de la oposición funcional que participan junto con los usurpadores del poder son culpables de complicidad por afiliación con grupos criminales de narcotráfico, tráfico de armas y terroristas. Estas son las posiciones que desempeñan Maduro, Cabello y Padrino López, y la razón por la cual cada uno de ellos tiene órdenes de captura internacionales con una recompensa de 25 millones de dólares por los dos primeros y 15 millones de dólares por Padrino.


La primera obligación de los líderes democráticos, presidentes y jefes de Estado de las democracias de las Américas y del mundo es separar la política del crimen. ¿Será posible que los países democráticos, tras la comisión pública de delitos disfrazados de política, la comisión de otros delitos y la afiliación pública con el crimen organizado transnacional que ocupa y usurpa Venezuela, sigan recibiendo a estas personas como líderes políticos en su territorio?

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