El tongo, es el pugilato bufo, falsario, simulado, corrupto. Es la refriega a puñetazos cuyo resultado ha sido negociado o acordado antes del combate. Tácita o expresamente. A cambio de dinero, publicidad, por miedo, por la cochina política o por cualquier otra causa mafiosa.
Los amantes del mundo de fistiana se persignan al oír hablar de la consumación de un tongo, pero si no es posible evadir el comentarlo, prefieren hacerlo en voz baja.
Tongo, fue la derrota arreglada, por dinero, de Jack “Huracán” Johnson ante Jess “La Esperanza Blanca” Willard, 1915, La Habana, Cuba aunque hay quien dice que los supremasistas del sur de Estados Unidos, amenazaron al “Huracán”con asesinarlo si se atrevía a noquear a su contrincante. Cassius Clay o Muhammad Alí, fue un subproducto del tongo. Nadie le discute su condición de pugilista excelso. Sin embargo, en sus dos combates contra el “Oso Feo” Sony Liston, este último, estaba comprado o amenazado, como lo estuvo, Foreman en su pretendida epopeya contra Alí, en Kinshasa, a pesar de lo que escribió sobre la refriega, Norman Mailer, en “The Fight”. Mailler, protagonizó su propio tongo literario con el referido libro-reportaje, pero es esa historia, que relataremos después.
Esos aspavientos de Maduro en relación con la cuasi inminente intervención militar contra la Guayana Esequiba; con la convocatoria de una fementida elección del gobernador de la zona en reclamación, pese a que el supuesto mandatario elegido el pasado 25 de marzo, ni siquiera puede pisar tierra de sus pretendidos dominios porque de hacerlo lo ponen preso, son tongo.
Decía El Quijote que “Por la libertad como por la honra, son dos cosas por las cuales se puede y debe arriesgar la vida”.
Lo cierto ha sido, no obstante, que a lo largo de los nefandos 26 años de la mal llamada Revolución Bolivariana, primero, el peor ser humano jamás parido en tierra venezolana y después, cadáver este último, el principal beneficiario de su probable asesinato, hicieron dejación de nuestra reclamación esequiba.
Alguna vez en gira por la República de Guyana, el propio Chávez, descalificó nuestra justa reclamación de la zona esequiba calificándola de manipulación del imperialismo yanqui. Por su parte, Maduro se ha negado a defender nuestros derechos con seriedad, con rigor jurídico, ante la Corte de la Haya al extremo de nombrar como defensora para tal causa a una señorona que tiene prohibida la entrada a los estados miembros de la Unión Europea y que como abogado, carece de las herramientas para redactar ni un título supletorio.
Total, que el referido par de desgobernantes, antes de entrar en acción, además de la libertad, ya tenían perdida la poca o ninguna honra cervantina, porque en su abandono de la zona en disputa no hicieron otra cosa que acatar las órdenes de Fidel Castro, del ELN, las FARC o vaya a saber si hasta del vituperado capitalismo yanqui, como testaferros de la Chevron, con sus intereses petroleros en ambos países, envueltos en la supuesta confrontación militar.
Los venezolanos no deberemos perder las esperanzas de una solución justa de nuestra reclamación esequiba. Surgirán en cualquier momento las pruebas concretas y espesas que toda esa hojarasca de insultos entre los presidentes de Guyana y Venezuela, se produjeron en concierto y que jamás tuvieron la verdadera intención de entrar en guerra, sino que fueron la música de fondo, de una obscena simulación. De un vulgar tongo de la geopolítica, más prevaricadora, para no darle más vueltas al asunto.
@omarestacio
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